Primer Ideario Costarricense del Siglo XXI
- • Mandatario aboga por crear un país de “emprendedores y no de contralores”
San José, miércoles 26 de Agosto de 2009.- En el marco del acto de clausura del Primer Ideario Costarricense del Siglo XXI, realizado en la Asamblea Legislativa, el Presidente de la República, Óscar Arias Sánchez, propuso hoy la realización de una Asamblea Nacional Constituyente, para allanar el camino que permita a Costa Rica convertirse en una nación desarrollada.
El Mandatario enumeró varios aspectos que evitan a nuestro país avanzar, como los excesivos controles a priori que se ejercen sobre la administración pública y que evitan la ejecución de proyectos clave, así como las desmedidas potestades que confiere el reglamento legislativo a las minorías parlamentarias que son capaces de obstaculizar proyectos vitales para el Poder Ejecutivo, la imposibilidad del Gobierno de pagar buenos salarios a los funcionarios públicos y hasta el papel que cumple la prensa costarricense hoy en día.
“Reformar este panorama será el gran reto costarricense en los próximos años. Anticipo desde ya que será una discusión muy compleja. Si la hemos de abordar, debemos entender que no se trata de quién ocupe la Presidencia de la República, sino de qué puede hacer el Presidente para llevar a cabo las acciones contenidas en su Programa de Gobierno. Todos los partidos políticos, y todas las fuerzas de la sociedad, no importa su color o ideología, deberían estar a favor de pensar sobre esto.
“Las posibles soluciones son muchas, algunas mejores que otras. Personalmente, creo que pasan por convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. No podemos darnos el lujo de seguir debatiendo sin descanso sobre las reformas que nuestro país necesita. A estas jornadas de discusión las anteceden una serie de esfuerzos monumentales sumamente costosos de administraciones anteriores, que no fructificaron en su intento por hacer los cambios legales y el reordenamiento institucional que necesitamos, en parte porque los mismos cambios tienen que pasar por los controles mencionados. Creo que una Asamblea Nacional Constituyente sería el espacio de discusión política más propicio, y ciertamente el más democrático, para abordar estos temas y sentar las bases que nos permitan construir un mejor país para nuestros hijos y nuestros nietos”, expresó Arias Sánchez.
La actividad se llevó a cabo hoy en horas de la noche en el Salón de Ex presidentes de la Asamblea Legislativa, a donde acudieron intelectuales, artistas, académicos, científicos, tecnólogos, empresarios, políticos, formadores de opinión, líderes religiosos y otras personalidades, para plantear cuáles son los mayores retos del país y más importante aún, cuáles son las posibles respuestas a los máximos desafíos nacionales.
El conversatorio fue convocado y organizado desde marzo de este año, por la rectoría de la Universidad Nacional (UNA) y la Asamblea Legislativa, con el objetivo de compilar las ideas más importantes de todo el proceso y de esta forma, editar y publicar un libro que será entregado al próximo Presidente de la República.
Trabas evitan desarrollo
Durante su discurso, el Mandatario Arias indicó que el control que se ejerce sobre el Poder Ejecutivo y las instituciones autónomas, “no es la única función, ni tampoco la principal”.
En ese mismo sentido, lamentó que el Estado se ha convertido en un Estado que privilegia el control y preguntó a los asistentes al acto de clausura, si hay verdadero autocontrol en el comportamiento de la Contraloría General de la República (CGR), la Procuraduría General de la República (PGR), la Defensoría de los Habitantes, la Sala Constitucional y el control político que realizan los diputados; o sí, por el contrario, “se han excedido en sus funciones, aún de buena fe”.
“Cuando digo que el Estado se ha convertido en un Estado que privilegia el control sobre la ejecución, no quiero implicar que el control es innecesario. En una democracia el poder sólo es legítimo si es limitado. Pero el control es poder, y debe ser, a su vez, restringido.
“Todas las instancias de control, públicas y privadas, deben entender su papel dentro de un guión con muchos otros protagonistas, su lugar dentro de un engranaje superior. La vigilancia es una función más dentro de las funciones públicas. Es una función importante, pero no es la única ni es la principal. Un Estado esclerótico, hipertrofiado e incapaz de ejecutar sus decisiones, vulnera tanto el interés público como un Estado que abusa de su poder. En la medida en que sigamos siendo un país de contralores y no de emprendedores, veo muy difícil que alcancemos nuestras metas, sean las que sean”, indicó Arias.